Hay robos que se hacen inmortales por su precisión, la impecable actuación de los maleantes o la enorme cifra alcanzada en el siniestro; luego hay otros que también pueden pasar a la historia, pero por ser sumamente patéticos o desafortunados.
Con la proliferación de las cámaras de seguridad infrarrojas en los locales comerciales y viviendas, ya ni en la oscuridad los ladrones pueden cometer tonterías, porque si su fechoría resulta frustrada por su imprudencia, es bastante probable que sus acciones no sólo sean sancionadas por la ley, también por la audiencia de las redes sociales.
En las últimas semanas se han hecho muy comunes los videos donde podemos ver a ladrones cometiendo torpezas, por fortuna sin consecuencias graves para ninguno. Existe un video reciente que se ha vuelto muy popular porque se disputa, junto a otros ejemplos, el título del intento de robo más ridículo de la historia.
Hay que ponerse en el lugar del maleante, comencemos por ese hecho. Tomar la decisión de cometer una fechoría requiere tener nervios de acero, no sólo para enfrentar el momento, también para atenerse a las consecuencias y a las implicaciones legales y sociales de esa acción.
Ahora bien, si hay algo que no tiene el protagonista de este video viral, es precisión. En el video podemos ver cómo el sujeto entra a la tienda como un cliente normal, la joven se dirige hacia él con la intención de atenderlo, pero apenas llega al mostrador, saca de su bolsillo izquierdo un arma grande y aparatosa, que se le enreda en las manos, rueda por encima del mesón y va a dar al suelo, al otro lado de la vitrina.
La vendedora al ver el amago del sujeto, corre por su vida a un extremo de la tienda. Él trata en vano de subirse por encima del mostrador para recuperar el arma perdida, pero ni siquiera la pirueta le sale bien. Los nervios lo traicionan de principio a fin.
La joven se arma de valor, recoge el arma del suelo y trata de golpear al maleante con ella (ni siquiera la empuña como pistola, también presa de los nervios), pero para ese momento ya el hombre se ha dado a la fuga, corriendo abrumado fuera del recinto.
En el video, el cual cuenta con dos ángulos, podemos ver cómo el arma cae al suelo y, al hacerlo, el cartucho de municiones queda fuera del dispositivo, lo que nos lleva a pensar que posiblemente el instrumento ni siquiera estaba bien asegurado. Este descuido pudo haber ocasionado males mayores; por fortuna, no hay nada que lamentar.
Este video, disparatado de principio a fin, sólo mueve a la risa y nos hace pensar en las locuras que ocurren a diario en el mundo. No te vayas sin antes compartir esta noticia con tus seguidores, puede que haga reír a más de uno.
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