La Fundación Artemisan lamenta que SEO Birdlife transmita a la sociedad una visión errónea de la situación de la tórtola europea, y plantee la prohibición de la caza como única solución a un problema más complejo y que sólo puede resolverse actuando en diversos frentes.
En este sentido, SEO Birdlife ha emitido un comunicado en el que asegura que “España vuelve a permitir la caza de cientos de miles de tórtolas a pesar de las advertencias de Europa”, al tiempo que da a entender que la caza es la única culpable del declive de la tórtola. La realidad es que esto no es así, porque otros factores y especialmente la pérdida de hábitat (según los estudios disponibles), explican el por qué hemos llegado hasta aquí.
De hecho, en la carta de infracción que la Comisión Europea envió a España en fechas recientes, esta infracción se justificaba por no haber remitido a la Comisión toda la información pertinente sobre la población de la tórtola común en las zonas de protección especial; no haber designado los lugares más adecuados para la protección de la tórtola común y, por consiguiente, no haber establecido y aplicado medidas especiales de conservación que garanticen la supervivencia y reproducción de la especie en su área de distribución; y no haber asegurado que la caza de la tórtola común cumpla con el principio de utilización razonable de las especies.
Sorprende por tanto que la moratoria, veda o fin de la caza (como se le quiere llamar), sea la única medida de conservación que se quiera adoptar, a sabiendas de que en muchos casos no es positiva para la conservación de las especies, y en aves hay claros ejemplos.
El sector cinegético no quiere “escurrir el bulto” y desde hace tiempo ha venido denunciando las malas prácticas de unos pocos que ensucian el gran esfuerzo que muchos cotos realizan por las tórtolas. Porque la realidad, por mucho que no se quiera ver, es que hay cotos en los que estas aves siguen siendo muy abundantes porque se cuidan y cazan de una forma sostenible (como en comarcas de Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Comunidad Valenciana, entre otras).
Además, el sector también ha demandado a las distintas Administraciones más ayuda para mejorar el hábitat, tanto para la tórtola como para otras especies que cada vez se encuentran con más problemas para sobrevivir y reproducirse (incluyendo no cinegéticas).
A todo esto se suma que desde hace varios años las fechas de caza se han modificado para respetar los períodos de reproducción de la especie y los cupos han disminuido para intentar bajar la presión de caza, aunque la información disponible no ha confirmado de momento que esto tenga algún efecto en las poblaciones, que por desgracia siguen a la baja.
Para la Fundación Artemisan es evidente que se deben realizar más esfuerzos para garantizar el futuro de esta especie y que es necesario un acuerdo nacional donde se impliquen las administraciones públicas, el sector cinegético y las principales ONGs que verdaderamente trabajen por la conservación.
Por eso, el año pasado, tomando como base el Plan Internacional de Gestión de la Tórtola, la Fundación Artemisan presentó a las Administraciones competentes y a las Federaciones de Caza de las diferentes comunidades el PIRTE (Plan Integral para la Recuperación de la Tórtola Europea), un proyecto que persigue revertir el declive de la tórtola a través de gestión, monitorización y caza sostenible.
Un año después, sólo Extremadura ha movido ficha y el plan ya se está desarrollando en esta comunidad. Como parte de él, se está haciendo una fuerte labor de comunicación para que a nivel nacional los cazadores y gestores sigan cuidando las poblaciones de tórtola, realicen monitorización básica y en aquellas comunidades en las que se vaya a cazar, se haga de forma sostenible. Artemisan ya está recibiendo encuestas para poco a poco ir recabando información sobre lo que sucede en los cotos, de forma que tengamos una información más realista de cuál es la situación.
En fechas recientes hemos compartido con las Administraciones y otras organizaciones (incluyendo SEO Birdlife) un documento de compromisos por la tórtola en el que el sector cinegético se compromete e invita a otros agentes a desarrollar una batería de medidas para favorecer a la especie. En lo que respecta a la caza, se propone un importante “ajuste” de la misma, basado en estudios que recomiendan reducir las extracciones al menos en un 50%. Por el momento no hemos recibido respuesta de muchas Administraciones y tampoco de SEO Birdlife, lo que demuestra que esta organización está más preocupada en la prohibición de su caza que en las soluciones para el futuro de la especie.
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