A pesar de que el Estado español es el que mayor superficie aporta a la Red Natura 2000 entre los europeos, el apoyo a agricultores y ganaderos dentro de esta red con fondos europeos falla estrepitosamente, debido al mal uso de las posibilidades ofrecidas por los Programas de Desarrollo Rural, que no han incorporado actuaciones suficientes, ni un adecuado presupuesto. El retraso en su elaboración y la falta de detalle del anterior Marco de Acción Prioritaria para la financiación de Natura 2000 (MAP), junto con la escasa implicación de las autoridades ambientales, contribuyeron a una inadecuada financiación de la red en el periodo actual.
Según el análisis realizado por WWF España y SEO/BirdLife menos del 6% del presupuesto total de las medidas agroambientales de los Programas de Desarrollo Rural se dedica a operaciones que pueden tener efectos positivos en la conservación de la biodiversidad. O lo que es lo mismo, la superficie que potencialmente puede acogerse a operaciones adecuadas vía agroambientales no llega ni al 16% de la superficie agraria útil en el Estado español. Un dato que demuestra que el modelo actual de la PAC ha fallado en su objetivo de preservar la biodiversidad, lo que pondría en riesgo nuestra propia seguridad alimentaria.
La agricultura y la ganadería extensiva de alto valor natural, como las dehesas y, en especial, en la Red Natura 2000, no solo ofrecen bienes ambientales; su apoyo supone un retorno a la sociedad de entre 34 y 52 euros por cada euro invertido por la administración pública. Paradójicamente, estas explotaciones en muchos casos se ven obligadas a abandonar o a intensificar su actividad, por falta de apoyo público. Por eso para ambas organizaciones, el objetivo de la PAC debe ser la creación de un sistema público e integrado de rescate para estas explotaciones, que asegure una renta mínima y, con ello su viabilidad económica en unas condiciones y calidad de vida dignas. La adopción de compromisos a favor de la naturaleza debe ser recompensada por la PAC.
Con motivo del Consejo Europeo de Agricultura que se celebra este lunes, “pedimos al ministro Luis Planas que defienda en Europa una futura PAC que destine, al menos, la mitad de su presupuesto a financiar objetivos ambientales y climáticos y, por tanto, de seguridad alimentaria, incluyendo un apoyo específico a las explotaciones en Natura 2000 y a los Sistemas de Alto Valor Natural, como las dehesas”, señala Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España.
Cabe recordar que la desprotección de la naturaleza se apuntala con un modelo donde gran parte de los pagos, en la actualidad, se destinan aún a subsidios ‘perversos’ para el medio ambiente. Entre estos se encuentran aquellos que impulsan la intensificación agraria por encima de la capacidad de los ecosistemas, los que promueven una mala adaptación al cambio climático o los que penalizan a la hora de recibir ayudas precisamente a aquellos agricultores que hacen una gestión sostenible del territorio.
En este sentido, Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, demanda “una nueva PAC en la que se asegure la eliminación de las ayudas nocivas para la naturaleza, asegurando el cumplimiento de la legislación vigente y la aplicación plena del principio Quien contamina, paga”. Y recuerda que “España, como miembro de la UE, tiene obligación de eliminar estas ayudas antes de 2020, y la oportunidad de poner en valor la riqueza natural de gran parte de la agricultura de nuestro país”.
Para solventar todas estas carencias, ambas organizaciones solicitan, además, la implicación activa de las administraciones ambientales en todo el proceso de negociación, aplicación y seguimiento de la PAC, de forma que el futuro Plan Estratégico integre correctamente herramientas clave como el nuevo MAP o los Planes de Cuenca de la Directiva Marco de Agua. Por ello, las organizaciones demandan a los ministros de medio ambiente europeos que se incorporen al debate en marcha para asegurar una auténtica arquitectura verde de la PAC.
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